El exvicepresidente Jorge Glas y el exsecretario de la Reconstrucción, Carlos Bernal, enfrentan un proceso judicial por presunto peculado relacionado con el uso de fondos destinados a la reconstrucción de Manabí tras el terremoto de 2016.

La Fiscalía sostiene que ambos desviaron más de USD 200 millones a obras ajenas a la emergencia.

Durante la audiencia del 22 de junio de 2025, el Ministerio Público solicitó una pena de 13 años de prisión para cada procesado, además del pago de USD 225 millones como reparación integral al Estado ecuatoriano.

Según la acusación, Glas y Bernal habrían priorizado proyectos sin relación directa con la reconstrucción y los habrían adjudicado sin sustento técnico a empresas vinculadas a familiares cercanos del exsecretario.

Las autoridades califican este accionar como una malversación de recursos públicos.

La defensa de los implicados alega que las obras formaban parte de un plan de reactivación económica aprobado en su momento y que ellos no fueron responsables directos de la contratación.

El caso ha generado alta expectativa nacional por tratarse de dos figuras clave del correísmo.

Jorge Glas, por su parte, dijo que es un perseguido político y que no administró el dinero para las obras.

«Yo no administré ni las botellas de agua que se repartían en el comité. Yo no administré ni un solo dólar, cómo pude haber cometido el delito de peculado», expresó. Luego agregó: «Yo no contraté, yo no adjudique (…) No es mi culpa que las obras no se hayan terminado. Salvo, señores magistrados, que me quieran adjudicar un influjo psíquico (…) y menciono el influjo psíquico, señores magistrados, porque yo soy una de las dos únicas personas en el país que ha sido juzgada por eso».